lunes, 22 de julio de 2019

La educación sentimental


La educación sentimental

Gustave Flaubert

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I
Hacia las seis de la mañana del 15 de septiembre de 1840, próximo a zarpar, el Ville de Montereau despedía grandes torbellinos de humo delante del muelle de Saint-Bernard.

Nudo

Hizo dos partes del dinero: colocó la primera en valores del Estado y fue a llevar la segunda a casa de un agente de cambio para arriesgarla en la Bolsa. Comía en los restaurantes de moda, frecuentaba los teatros y procuraba distraerse, cuando Hussonnet le escribió una carta, contándole alegremente que la mariscala había despedido a Cisy al día siguiente de las carreras. A Frédéric le agradó aquello, sin preocuparle de por qué el bohemio le noticiaba la aventura. La casualidad quiso que encontrara a Cisy tres días después. El caballero puso buena cara y hasta invitó a cenar para el miércoles siguiente.

Desenlace

Frédéric presentó su ramo como un enamorado a su novia; pero el calor que hacía, la aprensión de lo desconocido, una especie de remordimiento y hasta el placer de ver de una sola ojeada tantas mujeres a su disposición, le conmovieron de tal modo, que se puso muy pálido, y permaneció quieto y sin decir nada. Todas reían, contentas por su confusión; creyendo que se burlaban de él, escapó, y como Frédéric tenía dinero, Deslauriers se vio obligado a seguirle. Se los vio salir y aquello se convirtió en una anécdota memorable, no olvidada en tres años. Se la contaron muchas veces, contemplando cada uno de los recuerdos del otro, y cuando acabaron:
-Esa fue nuestra mejor aventura –dijo Frédéric.
-Sí, quizá sea nuestra mejor aventura –repuso Deslauriers.

(2005, Random House Mondadori, S.A.)

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